Desde hace tiempo tenía ganas de hacer un viaje diferente, algo que combinara historia, paisajes impresionantes y un medio de transporte con personalidad propia. Fue así como decidí recorrer el Tren Interoceánico de México, un proyecto que conecta el Océano Atlántico con el Pacífico, atravesando la mítica ruta del Istmo de Tehuantepec.
Siempre me ha llamado la atención la idea de recorrer México en tren, y este en particular me intrigaba por su importancia histórica y su reciente modernización. Así que reservé mi boleto, preparé mi mochila y me lancé a la aventura.
El Tren Interoceánico: un recorrido con historia
Este tren no es solo un medio de transporte; es una pieza clave en la historia y el comercio de México. La ruta que sigue el Tren Interoceánico no es nueva, sino que ha sido utilizada desde la época prehispánica por los pueblos indígenas como una vía de intercambio comercial. Más tarde, en el siglo XIX, se construyó un ferrocarril para conectar el Atlántico con el Pacífico, convirtiéndose en una alternativa importante antes de la apertura del Canal de Panamá.
Después de décadas en desuso, este proyecto fue rescatado y modernizado con el objetivo de impulsar el comercio y el turismo en el sureste de México.
Mi experiencia a bordo del Tren Interoceánico
Desde el momento en que llegué a la estación, sentí que estaba por vivir una experiencia única. Las estaciones están bien organizadas, y el proceso de abordar fue bastante sencillo. Algo que me sorprendió fue la comodidad de los vagones, con asientos amplios y ventanillas grandes para disfrutar del paisaje.
Al iniciar el recorrido, el sonido del tren avanzando sobre las vías creó una atmósfera especial. A lo largo del camino, se pueden ver diferentes escenarios: desde extensas planicies y campos verdes hasta zonas más boscosas y poblados pintorescos. Uno de los momentos más impresionantes fue cruzar los puentes ferroviarios, que ofrecen vistas panorámicas increíbles.
Detalles del tren y el servicio
Si estás pensando en viajar en el Tren Interoceánico, aquí te comparto algunos detalles sobre su operación y lo que puedes esperar:
• Velocidad y tiempo de recorrido: Actualmente, el tren no es de alta velocidad, entre 80 a 120 km/hr, por lo que el viaje es tranquilo y permite apreciar bien el paisaje. El trayecto completo toma varias horas, casi 7, pero hay paradas en puntos estratégicos y el tren tiene sanitarios.
• Comodidades: Los vagones están bien acondicionados, con asientos cómodos y espacio suficiente para moverse. También cuentan con baños y, en algunos servicios, opciones de alimentos y bebidas, además de souvenirs para que te lleves un recuerdo de tu viaje
• Tipos de servicio: Hay distintas categorías de boletos, desde opciones más económicas (turistica) y costó $456 y hasta clases con mejores comodidades, que es la ejecutiva, que cuesta $648.
Mi llegada a Salina Cruz: un rincón con sabor a mar
Después de un viaje relajante en el tren, finalmente llegué a Salina Cruz, Oaxaca, un destino que tenía muchas ganas de conocer. Salina Cruz es un puerto con una fuerte identidad pesquera e industrial, pero también tiene un encanto especial por su gente, su comida y su cercanía con playas hermosas.
Lo primero que hice al bajar del tren fue explorar un poco la ciudad. Me encontré con calles llenas de vida, mercados con productos frescos y una gastronomía deliciosa.
Después de comer, decidí visitar una de las playas cercanas. Playa Azul fue mi elección, y no me decepcionó. Es un lugar tranquilo, con arena dorada y aguas perfectas para relajarse. Ver el atardecer desde la orilla fue uno de los momentos más memorables de mi viaje.
También me sorprendió la hospitalidad de la gente de Salina Cruz. A donde iba, siempre encontré personas amables dispuestas a recomendarme lugares o contarme un poco más sobre la historia del puerto. Nos hospedamos una noche en el hotel Mision San José y recomiendo ampliamente, además de cómodo, tiene una piscina super rica y un restaurante en el que se puede comer delicioso.
Datos interesantes sobre el Tren Interoceánico
Si estás pensando en hacer este viaje o simplemente te interesa saber más sobre este proyecto ferroviario, aquí te dejo algunos datos curiosos:
1. Una ruta con siglos de historia
La idea de conectar los océanos Atlántico y Pacífico por el Istmo de Tehuantepec data de la época prehispánica. Los zapotecas y mixtecos usaban esta región para el comercio, y en el siglo XIX se construyó la primera vía ferroviaria para este fin.
2. Conectando dos océanos
Este tren une los puertos de Coatzacoalcos (Veracruz) en el Golfo de México y Salina Cruz (Oaxaca) en el Pacífico, lo que lo convierte en un punto estratégico para el comercio internacional.
3. Competencia para el Canal de Panamá
Aunque el Canal de Panamá es la vía más utilizada para conectar ambos océanos, el Tren Interoceánico ofrece una alternativa terrestre para el transporte de mercancías.
4. Modernización y tecnología
Aunque la ruta existía desde hace mucho tiempo, recientemente se han hecho grandes inversiones en infraestructura, mejorando las vías, las estaciones y los vagones.
5. Turismo y cultura
Además de su importancia comercial, el tren busca convertirse en una experiencia turística, permitiendo a los viajeros conocer más sobre la cultura y la belleza natural del sureste de México.
¿Vale la pena viajar en el Tren Interoceánico y visitar Salina Cruz?
Definitivamente sí. Si te gustan los viajes diferentes, la historia y la cultura mexicana, este tren ofrece una experiencia única. Es una forma de ver México desde otra perspectiva, disfrutando del paisaje y conociendo comunidades que forman parte de esta región tan rica en tradiciones.
Además, la llegada a Salina Cruz complementa perfectamente el viaje, dándote la oportunidad de disfrutar del mar, la gastronomía y la calidez de su gente.
Si tienes la oportunidad de subirte a este tren y conocer Salina Cruz, hazlo. Y si ya has viajado en él, ¡cuéntame tu experiencia en los comentarios!